El intercambio comercial lleva a la división del trabajo, a la especialización, a productos complementarios, nuevas o mejoras empresas, salarios más altos, un mayor estándar de vida, pero sobre todo a nuevas innovaciones en una espiral virtuosa que mejora la condición humana. El comercio y la civilización van de la mano. El comercio dio origen a las ciudades, a la expansión de valores culturales incorporados en los productos y servicios intercambiados a través de la interacción de los comerciantes. Cuando no hay comercio hay autosuficiencia que inexorablemente resulta en pobreza. A mayor obstaculización mayor pobreza. Abundan los hechos históricos que demuestran esta verdad. El Ecuador es uno de esos casos. El Ecuador es un país lleno de obstáculos, de regulaciones, de impuestos, de barreras arancelarias y paraarancelarias, tramitología, que impiden el desarrollo económico. Ecuador necesita reducir aranceles, negociar Acuerdos de Comercio con países ricos, facilitar la inversión extranjera para así comenzar a salir de la pobreza.